Lejos de bajar los brazos a pesar de las frustraciones con sus cinco subcampeonatos en el Súper TC 2000, Leonel Pernía siguió buscando ese ansiado título que llegó ayer en el Autódromo Parque Provincia de Neuquén donde se terminó la temporada y ganó Agustín Canapino (Chevrolet). La consagración del Tanito constituyó la tercera al hilo de Renault.
“Cuando perdí los campeonatos supe rehacerme gracias a mi experiencia en el fútbol. Ahí aprendí que cuando iba al banco de suplentes tenía que matarme en los entrenamientos para volver a ser titular”, le dijo hace unos años Pernía a CORSA. Tras colgar los botines el de Tandil decidió ser piloto como lo hizo su viejo, Vicente Alberto. Leo logró ser protagonista en el automovilismo y uno de los mejores corredores. Pero le faltaba ser campeón argentino. El año pasado cumplió con ello al coronarse en la Clase 3 de TN. Aunque le faltaba hacerlo en el Turismo Competición.
Supo ser escudero de su compañero de equipo Facundo Ardusso, quien plasmó el bicampeonato en 2017 y 2018. Este año Pernía arrancó mejor ganando en las dos primeras fechas (Alta Gracia y General Roca) y siempre estuvo adelante del Flaco de Las Parejas, quien en la fecha pasada perdió sus chances de revalidar la corona.
Para la definición Pernía hizo la pole position, pero en la largada lo superó Canapino. Detrás se ubicaban los pilotos de Toyota, Julián Santero y el Matías Rossi, el otro candidato al cetro. Santero le dejó su lugar a Rossi, pero el mendocino fue más rápido en toda la carrera y sobre el final el Misil, al ver que no podía superar a Pernía, le devolvió su lugar.
“Fue un largo un camino. Nunca bajé los brazos. Siempre fui con todo lo que tenía. Por suerte pude ser campeón y sé que desde arriba Leo Monti me dio una ayuda. Era una cuenta pendiente en mi carrera ser campeón en esta categoría. Se lo dedico a mi mujer que me acompaña siempre, a toda mi familia y todo el equipo Renault. La base de este equipo la conozco desde hace años. Trabajaron como nunca más allá de haber logrado un bicampeonato con Facundo Ardusso. Y en esta temporada cuando hubo un retoque reglamentario siguieron trabajando igual”, contó el Tanito, que fue segundo.
“Es mi tercera victoria en el año y no es poca cosa. Quería lograrlo por todo el laburo del equipo. Luego de la carrera de Buenos Aires hubo que hacer un auto nuevo y acá estamos logrando otro triunfo”, aseguró Canapino.
“Tuve un gran auto con un buen funcionamiento. Cuando lo dejé pasar a Matías (Rossi) fue para que él intente acercarse a Leo”, sostuvo Santero, quien fue tercero.
Fue una definición apagada, carente de emociones y con poco público. En uno de los peores años de la categoría no se podía esperar otra cosa. Claro que esto poco le importó a Pernía, quien logró el anhelado título. 

CARRERA (26 vueltas)
1. Agustín Canapino (Chevrolet Cruze), 39m46s625
2. Leonel Pernía (Renault Fluence) a 3s135
3. Julián Santero (Toyota Corolla) a 3s558
4. Matías Rossi (Toyota Corolla) a 4s615
5. Mariano Altuna (Toyota Corolla) a 6s575
6. Mariano Werner (Fiat Tipo) a 8s501
7. Marcelo Ciarrocchi (Citroen C4 Lounge) a 8s913
8. Matías Milla (Renault Fluence) a 23s035
9. Matías Muñoz Marchesi (Fiat Tipo) a 24s235
10. Bruno Armellini (Chevrolet Cruze) a 25s294
PROMEDIO: 171,760 km/h. RÉCORD DE VUELTA: Canapino, en la 6ª, en 1m31s195/1000 a 172,904 km/h. CAMPEONATO: 1) Pernía, 190 puntos; 2) Rossi, 173; 3) Ardusso, 129; 4) Santero, 121; 5) Canapino, 111; 6) Milla, 106; 7) Werner, 60; 8) Altuna, 47; 9) Llaver, 44; 10) Ciarrocchi, 40.