Columnas de opinión

30/10/2014

Que el árbol tape el bosque

El título mundial de José María López no debe ser un éxito aislado. Su consagración podría promover un proyecto serio para pilotos en el exterior.

Parece un despropósito que en un país cuya cultura automovilística es una de las más fuertes del mundo, tengamos solo dos campeones ecuménicos en la historia. Hubo que esperar 57 años para que un argentino vuelva a coronarse. Y la hazana de seguir los pasos de Juan Manuel Fangio la logró José María López, quien conquistó de forma abrumadora el título del WTCC. Pero la consagración de Pechito debe llevar a un replanteo a los responsables de nuestro deporte motor.

Si hubiese recibido en tiempo y forma el apoyo económico, hoy podríamos hablar de un López (31 años) destacándose en la Fórmula 1. Nadie como él en los últimos 15 años mereció llegar a la Máxima. Tal vez, si el cordobés hubiese sido brasileño o nacido en Europa, la historia sería diferente.

Aunque su corona en el Mundial de Turismo vale. Y mucho. Pero la hipótesis arroja que podría haberse lucido en la F-1. Solventan este argumento su talento, dedicación y profesionalismo que lo llevaron a ser uno de los pilotos de Renault que probó durante dos años las máquinas con las que Fernando Alonso fue bicampeón en 2005/6.

Sin embargo, como otras historias, el oriundo de Río Tercero debió penar con lo económico para seguir en el Rombo y mantenerse en Europa debiendo volver en 2007. Lo propio con idóneos contemporáneos cuyas aspiraciones quedaron en buenas intenciones como Esteban Guerrieri y Juan Cruz Álvarez. Encima esta generación, en sus comienzos en Europa, debió paliar con la peor crisis histórica del país a finales de 2001.

Está claro que la vida no se termina en la Fórmula 1. Y Pechito lo demostró. Su gesta no debe tomarse como un hecho aislado, sino potenciarlo para el replanteo de quienes cortan el bacalao en el automovilismo autóctono. Lo propio a los estamentos oficiales. Debe promover, luego de más de cuatro décadas, un proyecto serio a largo plazo para que los jóvenes puedan correr en Europa y llegar con una base sólida a la F-1 o lucirse en otras categorías de relevancia.

Hay que remontarse a 1970 cuando el Automóvil Club Argentino, con el apoyo del Estado, formó el equipo internacional que permitió el despegue de Carlos Alberto Reutemann, quien once años más tarde fue subcampeón mundial y cuya trayectoria en la Máxima aún se recuerda con sumo respeto.

Es cierto que el contexto económico actual no acompaña. Por si fuera poco, estamos a las puertas de un 2015, año de elecciones presidenciales, donde la inestabilidad está a la orden del día, eso sumado a un posible cambio de bandera en el Poder Ejecutivo. Pero sea quién sea el que ocupe el Sillón de Rivadavia, sus asesores pertinentes podrían incluir en su agenda este tema.

Es verdad que el Ministerio de Turismo de la Nación promueve y solventa las fechas internacionales como el MotoGP, Dakar, WTCC, RallyCross, Seis Días de Enduro y hasta salvó la última fecha del Rally Mundial. Eso ayudó a que competidores argentinos se luzcan en el Dakar, como los ganadores en Cuatriciclos, Marcos y Alejandro Patronelli, que en Motos Javier Pizolitto llegue a ser piloto oficial Honda, que en Autos Orly Terranova integre la poderosa escuadra X-Raid con los MINI oficiales y que Leandro Mercado, más allá de sus méritos (reciente campeón de la FIM Cup Super Stock 1000), pueda acceder a una chance más fácil en el MotoGP. También ayudó a que Pechito corra en el WTCC el año pasado en Termas de Río Hondo, cuando ganó con un equipo particular y comenzó a despertar el interés de Citroën.

El Ministro Enrique Meyer dijo en varias oportunidades que ellos se focalizaban en patrocinar carreras, pero no pilotos. Aunque nunca es tarde para un cambio de política que también traería buenos resultados. Tanto Meyer como quien sea su eventual reemplazante a fines de 2015, tienen en nuestros pilotos oro en polvo. Una figura que pueda representar a la Marca País en el calendario de la F-1 insume una gran inversión como el negocio que podrían aprovechar.

Por otro lado, cabe recordar que la consagración del López excedió a los medios especializados. ¡Argentino campeón del mundo! Era el título de los noticieros y diarios de todo el país. Esa repercusión es única y lo más importante es que el automovilismo, a raíz de un éxito internacional, tuvo una promoción en todo el territorio.

Además, el éxito del cordobés ratifica que la Argentina es potencia mundial con sus talentos. Que sigue generando materia prima. Pechito, más allá de su capacidad, sacó a relucir la experiencia que ganó en siete temporadas en los autos de turismo en el ámbito local. La cantera no se termina y el caso de su comprovinciano Facundo Chapur es paradigmático: fue campeón mundial de la Copa Rotax de karting en 2008, aunque la falta de presupuesto lo depositó de vuelta en el país. Hizo su camino en autos con techo y en dos temporadas con apenas 20 años, logró de forma seguida los títulos de TN en sus Clases 2 y 3 (2012/13). Es posible que el joven de La Docta no tenga chances en monopostos. Pero es un valor a tener en cuenta para autos de turismo a nivel internacional.

Como Chapur hay varios. Solo merecen la oportunidad de un proyecto serio a largo plazo donde los elegidos pueden comenzar con el karting, fórmulas menores como la BMW y luego Renault, F-3 o GP3, GP2 o World Series by Renault y luego la cumbre: F-1. En esos años los intereses estatales y de las empresas que puedan sumarse se verían representados. El feedback es claro: la actividad es el segundo deporte en importancia en este suelo. Millones los estarían siguiendo y serían potenciales consumidores de esos productos.

Y por último, que las principales categorías de pista no miren de reojo ni pongan recelo al título de López ni otras futuras consagraciones. Que no aparezcan esos fantasmas sobre pérdida del interés del público local ante un argentino que llegue y pueda lucirse en la F-1. Todo lo contrario. Del resto del mundo querrían ver de dónde salió ese eventual piloto que destaca. Cómo es la actividad de donde es oriundo. El TC, STC 2000 Top Race y TN, dentro de sus posibilidades, deberían involucrarse de forma económica. Que se repita un apoyo como el que le dio la ACTC a Esteban Guerrieri en 2012 en la Indy Lights o el que el Top Race le brindó al propio Pechito con el USF1, más allá del fiasco que resultó ese proyecto, aunque esa es otra historia.

Ojalá que el campeonato mundial de José María López sea una bisagra. Que no solo cambie su historia, como bien merecido lo tiene. Su consagración debe tomarse como un punto de inflexión. El talento argentino está. La buena madera no se pierde. Por ello hoy cambiamos el conocido refrán esperando que el éxito de Pechito no sea el único de los nuestros y fortalezca las ramas para que este árbol tape el bosque.


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