La temporada 2019 de Sebastian Vettel fue la de peor desempeño con Ferrari. El alemán, que representó a la Scuderia por quinto año consecutivo, terminó el campeonato en una pálida 5ª colocación, por detrás de Lewis Hamilton (Mercedes) y Valtteri Bottas (Mercedes), Max Verstappen (Red Bull) y su compañero de equipo, Charles Leclerc.

El duelo con el joven monegasco se vio condicionado por el “feeling” del tetracampeón del mundo con la SF90, que lejos estuvo de ser el mejor. “Estuvo incómodo con el auto desde el comienzo del año, principalmente con la estabilidad en la frenada”, expresó Mattia Binotto, director del equipo.

Ello, junto a la “gran presión” a la que estuvo sometido, según Binotto, por contar con un coequiper como Leclerc, lo llevó a tener una primera mitad del año por demás compleja, más allá de que Ferrari tampoco se lució.

En la segunda parte del torneo, Vettel acompañó la evolución de la escudería italiana: “Reaccionó muy bien. Cuando confió en el auto, fue muy rápido”, expresó Binotto, quien no tardó en tildar como “clave” su victoria en Singapur, tercera prueba de la última mitad del año, e inmediatamente posterior a los primeros dos éxitos de Leclerc en la Máxima.

“No solo fue importante por el triunfo en sí, sino por la confianza del equipo. En ese momento supo que podía contar con el conjunto para ayudarlo, en caso de ser necesario”, agregó quien luego, en consonancia con lo expresado, reconoció que lo dejó triunfar allí. “Fue la decisión correcta”, destacó.

En esa carrera, tanto el ex piloto de Red Bull como Leclerc contaban con serias chances de victoria. Los momentos elegidos para las paradas en boxes favorecieron al alemán, quien luego de entrar tempranamente a boxes, y en 3^er lugar, pudo realizar el “undercut” necesario para superar a Leclerc y a Hamilton, 2° y 1° respectivamente.

Luego de ello, Ferrari decidió no obligar a Vettel a dejar pasar a su coequiper, que finalmente completó el 1-2 de la escuadra.