Actualidad

19/08/2019

Paso de los Toros (parte II)

Hace 50 años la Misión Argentina, en las 84 Horas de Nürburgring, los Torinos pusieron de rodillas a las marcas más importantes del mundo.

Hubo un momento en la historia que nuestro país demostró hasta dónde podía llegar. Al menos en la industria automotriz. Fue de la mano de la Misión Argentina en las 84 Horas de Nürburgring, corridas del 20 al 23 de agosto de 1969. Allí los Torinos doblegaron a los equipos oficiales de primer nivel y hasta uno cruzó la meta primero, pero luego por una penalización terminó cuarto. De la mano del auto albiceleste, que había liderado durante 50 horas, el mundo supo de la capacidad técnica que había en esta tierra.

Luego de la preparación en nuestro país y ya en Alemania, los responsables del equipo argentino, su director deportivo, Juan Manuel Fangio, y su director técnico, Oreste Berta, ultimaron los detalles. El desafío era grande ya que los nueve pilotos argentinos nunca habían corrido en el “Ring” que para la ocasión se empleó su variante más extensa de 28,2 kilómetros y 176 curvas, uniendo el circuito norte, el Nordschleife de 22,8 kilómetros y el trazado del sur, el Südschleife, de 7,7 km. Era y es el autódromo más largo y peligroso del mundo.

Ya instalado en el escenario germano dos semanas antes de la competencia, ya estaba lista la alineación de los tres coches: Luis Rubén Di Palma, Carmelo Galbato y Oscar “Cacho” Fangio, corren con el Torino Nº 1 (que en las pruebas sufrió un golpe en el chasis y fue apodado la “Banana”); Gastón Perkins, Eduardo Rodríguez Canedo y Jorge Cupeiro, con el N° 2 y Oscar Mauricio Franco, Eduardo José Copello y Alberto Rodríguez Larreta (“Larry”), el Nº 3. La delegación la completó Néstor Jesús García Veiga como piloto suplente.

El Torino N° 1 abandonado. Detrás, el N°3.

El Torino N° 1 abandonado. Detrás, el N°3.

El equipo argentino, ya instalado en el escenario germano, se fue acomodando a lo que fue su casa durante casi dos semanas. No hubo clasificación, pero sí hicieron un simulacro de carrera. En esta prueba se evacuaron todas las dudas. En las jornadas previas el dato más importante fue anecdótico: Oreste Berta probó el Torino muleto y sufrió un fuerte accidente. El preparador no tuvo consecuencias, pero el auto quedó inutilizable. Cuando le informó a Fangio lo ocurrido fueron al lugar del golpe y el Chueco advirtió que se había roto una goma, pero le planteó que eso quedaba entre ellos y que los pilotos no debían enterarse el motivo del choque…    

El miércoles 20 de agosto largaron un total de 65 autos. Nuestros autos tres desde el principio fueron protagonistas y se ubicaron entre los seis primeros. Pero cerca de la mañana se dio la primera baja ya que Cupeiro tomó la conducción del Torino N° 2 y se despistó. Fue imposible sacar el auto. En tanto que Galbato, por tener tiempos de vueltas desparejos, fue reemplazado por Perkins en el auto Nº 1.

Desde el jueves 21, ante una lluvia incesante, el “Toro” Nº 3 peleó por la punta de la carrera contra el Ford Capri de Gremser-Piot–Schenken. Mientras que el otro Torino hizo todo lo posible para mantenerse en la tercera posición. Hasta que en la madrugada del viernes 22 el coche de Di Palma, Galbato y “Cacho” Fangio se quedó sin luces. Tras entrar en los boxes para solucionar este problema, el “Loco” Di Palma volvió a pista, pero otra vez sus ópticas se apagaron y terminó afuera por un despiste.

El Torino Nº 3 se convirtió en el único sobreviviente y luchó de forma definitiva por la victoria. Aunque tuvo fallas con los frenos y empezaron los percances con el caño de escape por su desprendimiento. El propio Franco tuvo que repararlo y se quemó las manos en esa tarea. En el final sabía que iba a tener que entregarle el mando a Copello, quien era el piloto más emblemático de la marca. Pero su esfuerzo fue recompensado. “Fangio y Berta vieron el esfuerzo que hice trabajando con el auto y me mandaron a decir por el ingeniero Carlos Loboscco (uno de los coordinadores de IKA-Renault) que era yo el que tenía la posibilidad de llevar al auto a la bandera de cuadros. Esa vuelta fue la más difícil para mí porque sabía que la carrera se había finalizado y la hice llorando como un chico, arriba del auto, del Torino Nº 3, que cada vez que lo veo me llena de vida”, le afirmó un emocionado Franco a CORSA.    

Los Torinos en acción en el Infierno Verde.

Los Torinos en acción en el Infierno Verde.

Ese “Toro” fue el que más vueltas dio en pista, 334, pero por la penalización que recibió debido a la reparación del caño de escape culminó cuarto en la general con 315 giros. La carrera la ganó el Lancia oficial del trío Kallstrom/Barbasio/Fall. Los escoltaron el BMW de Duchting/Scheider/Degen y el Triumph TR5 de Barbara/Carpentier/Duvauchel. Los ganadores dieron 332 vueltas y les computaron 322 por penalizaciones. En tanto que el Torino ganó en su división, Turismo Clase.

“Lo que más recuerdo de aquella experiencia es que no pude dormir (risas). Fue muy largo y duro desde lo físico para mí. No sabía que era tan duro estar despierto y tener que atender los diversos problemas que se presentaron. Había que estar atento en todo momento. Se trabajó mucho con esos autos para que pudieran rendir. Se hicieron varios cambios para solucionar problemas. Fuimos a competir con un auto para una categoría y terminamos corriendo en otra. Prácticamente lo cambiamos de reglamento. Pero tanto esfuerzo y sacrificio valieron la enorme satisfacción de que nuestro auto, totalmente argentino, fue el que más se la bancó dando la mayor cantidad de vueltas”, recordó Berta en diálogo con La Única.

“Porque todos somos argentinos, es que toda nuestra fe, todo nuestro entusiasmo, se concentran en los colores de nuestra bandera y en estas dos palabras: Industria Argentina, como única insignia lucen estos coches que llevaron a Europa nuestra gran esperanza”, manifestó un orgulloso Fangio luego de la proeza.

Potencias automotrices de diversas partes del mundo no pudieron entender cómo un equipo proveniente de un país en vías de desarrollo se codeaba con los mejores. Como reflejaba la publicidad de IKA-Renault, la Maratón de la ruta, “iba a ser una experiencia, fue una demostración”. Se esperaba llegar y se demostró el potencial de la Misión Argentina que, sin dudas, fue más que cumplida.      

CLASIFICACIÓN MARATHON DE LA ROUTE 1969

Organizado por el Royal Motor Union (Bélgica). Circuito de Nürburgring (Alemania). Total recorrido: 28.290 Km. 

1. Kallstrom/Barbasio/Fall (Lancia HF), 332/322

2. Duchting/Scheider/Degen (BMW), 319/318

3. Barbara/Carpentier/Duvachel (Triumph), 315/315 *

4. Copello/"Larry"/Franco (Torino 380 W), 334/315

5. De Fierlant/Enever/Bertinchamps/Kelleners (Mazda), 322/311

6. Rieder/Degen/Boek (Porsche 911), 311/309

7. Jans/Bous/Lagotay (BMW), 305/303

8. Simonis/Hoeir/Vogl (BMW), 304/302

9. Rattazzi/Di Montezemolo/Ceccatto (Fiat), 300/302

10. Bialas/Christofferson/Wangstre (Volvo), 300/299

* No tuvo penalizaciones. Por eso terminó delante del Torino N° 3 más allá de que se le computaron la misma cantidad de vueltas. 

PorDarío Coronel