La Hilux de Alonso transita dañada, luego de haber volcado en los primeros kilómetros de competencia.
El pasado sábado, Fernando Alonso completó su primera carrera de Cross-Country. A bordo de una Toyota Hilux oficial, y con Marc Coma como navegante, el bicampeón mundial de Fórmula 1 fue parte de la Lichtenburg 400, válida por el certamen sudafricano de la especialidad.
Luego de haber practicado en Namibia y en Polonia, el dúo español completó su primera exigencia. El inicio fue bueno, al terminar 3os (sobre 34 máquinas) en el Prólogo del viernes, solo por detrás de sus compañeros de equipo, Giniel de Villiers y Henk Lategan. Desde aquella posición iniciaron la prueba, llevada a cabo el sábado, y que contó con dos especiales.
Ni bien iniciaron el tramo inicial, de 190 kilómetros, tuvieron problemas: a la altura del kilómetro 27, la Hilux protagonizó un vuelco a baja velocidad, lo que derivó en la rotura del parabrisas, el cual debieron sacar. Por ello, los ibéricos realizaron el resto del recorrido con antiparras, ya que el polvo dejado por sus rivales ingresaba constantemente al habitáculo.
Alonso junto a Coma, su compañero de tripulación en la prueba sudafricana.
Para el segundo parcial, el Toyota Gazoo Racing incorporó un nuevo parabrisas, al tiempo que la organización del evento dejó a la tripulación iniciar el recorrido desde el primer lugar, para así contar con mejor visibilidad. De todas maneras, los problemas continuaron: en el kilómetro 5 de los 190 pactados, golpearon un pájaro con el parabrisas, el cual se astilló. Desde allí, Alonso y Coma se debieron turnar para sostener el vidrio, que corría riesgo de resquebrajarse por completo.
A pesar de las dificultades marcaron buenos tiempos parciales, por lo que finalizaron la prueba en la 16ª colocación. Terminaron a 32 minutos de De Villiers, el vencedor.
“Hoy vivimos una pesadilla. En el primer tramo tuvimos que quitar el parabrisas porque, tras volcarnos, se había roto y nos complicaba la visibilidad; en el segundo, tuve que estar casi 200 kilómetros con una mano en el parabrisas y otra en el volante”, expresó Alonso.
A pesar de lo acontecido, el asturiano de 38 años reconoció que “a medida que nos subimos a la Hilux vamos aprendiendo más, y continuamos familiarizándonos”, tanto a la máquina nipona como a los terrenos del rally-raid, ya que superaron zonas de campo y cruces de ríos. Además, se mostró conforme por saber que los problemas no se dieron en un evento de mayor relevancia: “Es bueno que estas cosas sucedan ahora, antes de llegar a carreras más importantes”, concluyó.
El próximo evento de la tripulación española será el Rally de Marruecos, a disputarse del 3 al 9 de octubre. Allí se enfrentarán a una prueba bastante más extensa, ya que contará con cinco etapas, que totalizarán 2.500 kilómetros (1.868 a velocidad de carrera).
Fotos: Toyota Gazoo Racing.
El siete veces campeón de off-road y dos veces ganador de la Baja 1000 protagonizará una exhibición el próximo 11 de enero, en Pinamar.
Toyota tuvo su mejor temporada en la competición con éxitos en el Dakar, el WEC, el WRC y el NASCAR.
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