Es verdad que en la actualidad el Rally Mundial no tiene demasiadas figuras rutilantes (la fama no solo se consigue con victorias o acumulando accidentes) y que su parque es escaso, pero en algunas ocasiones la categoría brinda espectáculos que están al nivel de sus mejores épocas. Eso se pudo ver en la 37ª edición del Rally de la Argentina, quinta fecha del torneo 2017.

El Mundial llegó una vez más a Córdoba con promesa de brindar un auténtico show del derrape. No solo por la nueva generación de los WRC, sino por los cuatro ganadores distintos en las cuatro primeras fechas del año (el francés Sébastien Ogier en Montecarlo, el finlandés Jari-Matti Latvala en Suecia, el irlandés Kris Meeke en México y el belga Thierry Neuville en Córcega). Esa tremenda paridad hizo que no se pensara tanto en los 26 autos que llegaron al país (mitad WRC y mitad WRC2).

Por suerte para el numeroso público que invadió las sierras cordobesas -más de 900.000 personas entre los cuatro días de actividad- las expectativas se cumplieron gracias a la batalla por la victoria entre el galés Elfyn Evans, con un Ford Fiesta del M-Sport, y Neuville con su Hyundai i20 oficial.

Evans sorprendió el viernes por su ritmo, aunque aprovechó los problemas que tuvieron los habituales protagonistas de la categoría (Ogier rompió la parte delantera de su Fiesta al chocar con una piedra, Meeke volcó y destrozó su C3 y Latvala tuvo problemas de temperatura en su Yaris). Pero esa ventaja de casi un minuto que tenía el galés sobre el resto desapareció el sábado gracias a la arremetida de Neuville, que terminó el día a 11 segundos del líder.

Elfyn Evans se equivocó y lo pagó caro.

El domingo llegó el momento de la verdad y la carrera se definió en el Power Stage de El Cóndor -nada menos- al que llegaron separados por seis décimas. Neuville hizo el tramo sin errores y fue el más rápido. Mientras que Evans perdió tiempo al rozar uno de los puentes colgantes y se quedó con las manos vacías ya que el belga le ganó la carrera por solo siete décimas. Sí, nada. De esta manera, esta edición se convirtió en la más apretada en la historia de la carrera y en el tercer final más reñido en la especialidad detrás de Jordania 2011 (dos décimas entre Ogier y Latvala) y Nueva Zelanda 2007 (tres décimas entre el finlandés Marcus Gronholm y el francés Sébastien Loeb).ccc

Sin demasiadas figuras y con pocos autos el WRC pasó por la Argentina, aunque pocos recordarán eso cuando rememoren el final para la historia que protagonizaron Neuville y Evans.