Tres meses después de la muerte del inglés Justin Wilson en la pista de Pocono, la IndyCar anunció que adoptará medidas para mejorar la seguridad y reducir los casos en que fragmentos de los bólidos alcanzan a pilotos y espectadores.
La categoría estadounidense informó que atará algunos componentes aerodinámicos de los autos a partir de la próxima temporada. Se espera que mediante las ataduras a mucha tensión se reduzcan los riesgos de que piezas de los vehículos vuelen durante los accidentes.
"Una meta continua es la de mejorar la seguridad para todos los participantes, fanáticos y pilotos por igual", dijo Will Phillips, vicepresidente de tecnología de la IndyCar. "Necesitamos hacer esto de una forma que no derive en más banderas amarillas y que evite en la mayor medida posible las lesiones por fragmentos".
De acuerdo con los cambios anunciados, el alerón y el guardabarros traseros serán atados al chasis durante todas las carreras de la IndyCar. Mientras que la trompa del vehículo se sujetará cuando se compita en pistas ovaladas.
Dallara ha diseñado un sistema de ataduras para el alerón delantero principal en las tres carreras de mayor velocidad que se disputaron en pistas ovaladas durante la campaña de 2016 (Indianápolis, Texas y Pocono).
Otras mejoras de seguridad para 2016 incluyen una placa abombada en la parte inferior de los vehículos, como parte de un paquete con el que se espera reducir el riesgo de que el bólido vuele.
Roger Penske, nuevo dueño de la IndyCar, espera tener “la suficiente credibilidad” como para que nadie dude de un posible conflicto de intereses entre su nueva labor y la de propietario de equipo. Por lo pronto, recibió el apoyo de varios referentes de la categoría.
Desde McLaren afirmaron que no tuvieron contacto con el español de cara a la presencia de la escuadra en la próxima temporada de la categoría norteamericana. De todas maneras, reconocieron que habrá un acercamiento en menos de un mes.
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