El pasado domingo, en ocasión de la competencia que la IndyCar disputó en Pocono, Robert Wickens fue protagonista de un dantesco accidente, en el cual golpeó contra el alambrado perimetral del óvalo. En consecuencia, sufrió fracturas en ambas piernas y en el brazo derecho, una contusión pulmonar y una lesión en la columna vertebral, más precisamente en la médula espinal.
En la jornada de ayer, el canadiense fue intervenido quirúrgicamente, con el fin de estabilizar una fractura vertebral torácica relacionada con la lesión en la médula. “Las varillas de titanio y los tornillos se colocaron con éxito en la zona, en una cirugía que no revistió complicaciones”, reza el comunicado emitido por la IndyCar.
Igualmente, por el momento se desconoce la gravedad de lo ocurrido en la médula espinal del piloto de 29 años, al mismo tiempo que se espera que sea sometido a nuevas cirugías en las próximas horas, donde se tratarán las fracturas de las extremidades inferiores y del brazo afectado. Permanece en condición estable, y fuera de peligro.
Roger Penske, nuevo dueño de la IndyCar, espera tener “la suficiente credibilidad” como para que nadie dude de un posible conflicto de intereses entre su nueva labor y la de propietario de equipo. Por lo pronto, recibió el apoyo de varios referentes de la categoría.
Desde McLaren afirmaron que no tuvieron contacto con el español de cara a la presencia de la escuadra en la próxima temporada de la categoría norteamericana. De todas maneras, reconocieron que habrá un acercamiento en menos de un mes.
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