Desde la temporada 2020-2021, el Campeonato Mundial de Resistencia contará con una división principal diferente a la actual. Con el fin de atraer a fabricantes y equipos privados, la categoría, y con aprobación de la FIA, decidió realizar una serie de modificaciones al parque automotor, que no seguirá contando con los prototipos actuales.

La clase mayor, de la que aún se desconoce su nombre (será elegido por el público a fin de año), presentará máquinas de mayor tamaño y peso. Los LMP1 actuales miden 4,65 metros de largo por 1,90 de ancho, mientras que los nuevos serán de 5 por 2. Además, tendrán un peso de 1.040 Kg., contra los 875 actuales.

En materia de motores, los “Hypercar” contarán con una potencia de 950 HP, debido a los 720 kW que generarán sus dos impulsores: uno de combustión interna (520 kW) y uno híbrido (200 kW).

En junio pasado, Toyota presentó el GR Super Sport Concept, posible antecesor de los "Hypercar" que veremos desde 2020.

En materia deportiva, habrá un único proveedor de neumáticos, que fabricará tres compuestos para piso seco/húmedo y dos para mojado. Además, se implementará el sistema de lastre, con un agregado de 0,5 Kg. por cada punto que obtenga el auto en cuestión. El máximo de peso será de 50 Kg. Este sistema no será tenido en cuenta para las 24 Horas de Le Mans.

El dato a destacar para los fabricantes que deseen ingresar a la especialidad es que se estableció un presupuesto máximo de 20 millones de euros para dos autos por temporada, es decir, un 20% del utilizado por Toyota en el actual certamen. Además, cada equipo de dos máquinas podrá contar con hasta 40 personas en su staff, lo que también producirá cierto recorte de gastos.

Fábricas como Toyota y Aston Martin, ya presentes en el WEC, serían parte de la nueva divisional (es más, de cara a dicho proyecto José María López ya ha estado probando en el simulador de la firma japonesa), mientras que se espera la llegada de nuevas marcas, tales como Ferrari o McLaren, que fueron parte de las negociaciones del nuevo reglamento.