La semana de José María López en Buenos Aires fue intensa. Como piloto del DS Virgin Racing de Fórmula E no solo tuvo que correr el ePrix de Buenos Aires, la tercera fecha del campeonato 2016/2017, sino que debió participar en cuanto evento le organizó la filial argentina de la marca de lujo francesa. Tuvo una ronda con la prensa, una recorrida por la ciudad, una exhibición en las calles porteñas con su auto de competición, compromisos con sus patrocinadores y una cena de gala multitudinaria.

Con el chip de la F-E puesto analizó su presente en la categoría eléctrica. “Creo que la Fórmula E cubre un espacio distinto, representa una apuesta al futuro. Son autos que se acercan, en tecnología, a mucho de lo que se usa hoy en la Fórmula 1. Gané todo lo que pude en el WTCC… y acá en la Fórmula E comienzo de nuevo desde cero. Es otra oportunidad para demostrar lo que aprendí en todos estos años”, afirmó Pechito, que llegó a esta serie con tres títulos del Mundial de Turismo bajo el brazo y terminó 10° en la prueba que se disputó el sábado en Puerto Madero tras largar 20° y último.

Como ocurre con la mayoría de los pilotos que corren en la F-E, el cordobés también estará presente este año en una segunda categoría: el Mundial de Resistencia y con Toyota, que aspira a lograr la corona que ya consiguió en 2014.

Aunque el anuncio de la incorporación del cordobés al Toyota Gazoo Racing, tal su denominación oficial, llegó hace un par de semanas, López formó parte de la estructura nipona como tester durante todo el 2016. Un trabajo que se ganó en febrero del año pasado después de pasar exitosamente una serie de pruebas. Desde entonces hizo media docena de ensayos con el Toyota TS050 HYBRID y acumuló más de 10.000 kilómetros, aunque su trabajo no trascendió porque en ese momento aún era piloto de Citroën en el WTCC. “Probaba con un buzo todo blanco y el casco negro”, recuerda. Ese breve comentario sirve para cambiar el chip y hablar más en profundidad del nuevo desafío de ser parte del WEC y cumplir el sueño de correr en las 24 Horas de Le Mans.

-En tu nuevo regreso a Europa te fue muy bien, ganaste carreras y tres campeonatos mundiales. Tal vez uno pensaba que habías llegado a la cúspide de tu campaña y ahora apareció el WEC. ¿Cómo te sentís con este presente?
-Estoy feliz. Lo considero como una oportunidad que sanará esa herida de no haber corrido en la Fórmula 1. Que se haya concretado es algo soñado y que hace cuatro años era impensado. Siempre digo que las cosas se dan por algo y en este caso se concretó porque se buscó y porque Dios así lo quiso. Se podría decir que se alinearon todo los planetas. Pero no fue algo caído del cielo. Tuve que superar una prueba con otros pilotos para que Toyota me seleccionara a mí.

-Cuando se abrieron las puertas del WTCC tuviste que pasar una prueba con Citroën y ahora se repitió el caso con Toyota. ¿Cómo fue vivir de nuevo ese proceso?
-Fue algo intenso. Pero me llegó en el momento justo. Ahora tengo experiencia, velocidad, sabiduría y estoy más completo mentalmente que otros años. Esta fue una de esas oportunidades que no pasan todos los días porque a un LMP1 del WEC no te subís pagando, como tal vez ocurre en la Fórmula 1. Por eso es algo súper importante para mí.

-¿Cómo te sentiste cuando te comunicaron de Toyota que habías ganado la selección?
-Todo fue una emoción muy grande. Después de la prueba que hice estaba tranquilo porque no había desentonado, pero no sabía si había rendido mejor que los otros once pilotos. En ese grupo había corredores que estaban en la Fórmula 1, otro que habían corrido en la categoría y también algunos de la GP2 Series. Pero el auto me cayó bien desde la primera vuelta. Me fui del circuito sin saber qué iba a pasar, pero con un gran vacío en el estómago porque por ahí podía ser la última vez que iba a tener la oportunidad de manejar un vehículo así. Cuando me llamaron y me dijeron que iba a formar parte del equipo de pruebas tuve una satisfacción y un orgullo muy grande. Los sentimientos fueron comparables a los que tuve cuando Citroën me confirmó en su equipo de WTCC…

-¿Qué se siente manejar 1.000 caballos?
-Es algo muy lindo. Cuando empujan los dos motores, el turbo y el híbrido, tiene una aceleración mayor a la de un F-1. Cuesta acostumbrarse de nuevo a todo eso, pero cuando estás adaptado realmente disfrutas manejar tanta potencia.

-¿Qué es lo que más te atrapa de Le Mans?
-A esta carrera la conocí de cerca en 2003 cuando estaba compitiendo en la Fórmula Renault V6 Eurocup. El ambiente es fabuloso y hay que estar ahí para darse cuenta de eso. Hay un entorno y una atmosfera que es increíble. Cuando estuve por primera vez pensé que sería lindo algún día tener la posibilidad de correr sobre cualquier auto. Después en 2013 viajé a Brasil y presencié la competencia del WEC en Interlagos. Cuando vi a los LMP1 me quedé con la boca abierta por su diseño y tecnología. Hasta ese momento era un sueño, pero cuando volví a Europa me puse como objetivo competir en las 24 Horas de Le Mans sin importar el vehículo. Y ahora se logrará con los autos de la categoría principal.

-¿Pensás que podés ganar las 24 Horas de Le Mans?
-Esto me lo tomo con mucha calma. No es lo mismo triunfar en una carrera que dura 30 minutos en la que uno de pende de si mismo y del auto a ganar una competencia de 24 horas. Creo que hay que ir de apoco. Lo importantes es haber cumplido el objetivo de estar en la categoría y de hacerlo en un súper equipo y con grandes pilotos como Mike Conway y Kamui Kobayashi. Después veremos cómo estamos y en qué condiciones llegamos. Pero mi sueño era llegar a correr en Le Mans y ahora, obviamente, es ganar.

PorDiego Durruty