De tener que irse de la Argentina en enero de 2002 como consecuencia de la peor crisis económica y política del país, a triunfar y hacer historia en los Estados Unidos. Desde su llegada a Norteamérica, Ricardo Juncos (42) no dejó de crecer. Arrancó trabajando como carpintero, pasó a un taller y concretó una trayectoria soñada siendo hoy dueño de un equipo de competición, que este año logró un doblete histórico en la Indy Lights con el estadounidense Kyle Kaiser -compañero del argentino Nicolás Dapero- y en la Pro Mazda con el brasileño Víctor Franzoni. Ambas son divisiones promocionales de la IndyCar, la categoría de monopostos más importante de USA.
Pero el broche de oro para un 2017 inolvidable fue la participación de su escuadra en las 500 Millas de Indianápolis con el colombiano Sebastián Saavedra, que fue 15° y el local Spencer Pigot, que culminó 18°. Para analizar a fondo una temporada que resulta un hito para el team-manager bonaerense, CORSA charló otra vez con Juncos. En la entrevista el nacido en San Isidro habla de sus éxitos y revela cómo hace para no dormirse en los laureles e ir por más.
-¿Por qué ganaron los dos títulos?
-Por varias cosas: Primero por la atención al detalle en los autos. Durante las temporadas aprendimos a poner un set up adecuado en todas las carreras. También por un programa de coaching con los pilotos con datos de años anteriores, videos y mucho trabajo en simuladores. Por último, entender la realidad de cada carrera y, desde ya, aprovechar la cuota de suerte necesaria. En la Indy Lights, en particular, supimos a lo largo del año que íbamos a tener un auto dentro de los tres primeros y un piloto como Kaiser, con tres años de experiencia en la categoría. Consolidamos un grupo de gente a la vanguardia. Hemos invertido mucho en cada coche y eso hizo que el de Kaiser no se pare en todo el año; mientras que el único abandono de Nico Dapero, en Mid Ohio, fue por una rotura de semieje.
El Juncos Racing con los autos de Indy Lights y Pro Mazda.
-¿Cuál es el proyecto para IndyCar en 2018?
-Por su título en la Indy Lights, Kaiser ganó un premio que son tres carreras: las 500 Millas y la Indy GP, en Indianápolis, y una tercera que la elige el piloto. La intención es que las haga con nosotros. También estamos hablando con algunos sponsors para poder hacer tres o cuatro fechas más, aunque habría que verlo bien porque el premio no incluye las roturas y cuando se rompe un auto de IndyCar es muy costoso.
-¿En Indy 500 puede haber algún argentino?
-Está todo para poder correrlas con dos autos. Si se da lo de Kaiser ya tendríamos uno. Tampoco hablé con algún piloto argentino y no hay muchas opciones en función de la experiencia. Sería una idea genial tener todos los años un argentino corriendo las 500 Millas...
-¿Uno de ellos podría ser Pechito López?
- No tengo dudas de que va a andar bien en lo que se suba. Es muy talentoso y ganador. Siempre le ha ido muy bien. Obviamente el óvalo y las velocidades que se manejan acá son muy distintos, diría como si fuese otro deporte. Pero me encantaría. Tengo su contacto y voy a llamarlo. Creo que él está esperando mi llamado, pero aún no tuve la chance de hacerlo. No tengo dudas de que le iría bien, siempre y cuando tenga un buen entrenamiento porque andar a 384 km/h parece fácil, pero no lo es. Habría que ver el tema económico ya que acá la mayoría de los pilotos pagan para correr. Pero la idea suena muy linda y me encanta.
-¿Por qué no conseguiste apoyo en la Argentina?
-No sé... Quizás porque nunca lo busqué o tal vez porque sé cuál es la difícil situación del país, desde siempre, o al menos desde que tengo uso de razón. En las últimas décadas hubo apoyo de forma privada a pilotos en Europa, Japón y Estados Unidos. No me siento cómodo con las relaciones públicas, aunque tal vez sea un terreno que haya que explorar. Tampoco me rompe la cabeza el tema porque estoy lejos y nos ha ido bien con el pago de nuestros clientes, que son los padres de los chicos que corren en nuestro equipo. Claro que al llegar a la IndyCar sí necesitamos un patrocinante fuerte porque se manejan millones de dólares.
Con Saavedra en las 500 Millas de Indianápolis.
-¿Cuál es tu balance de la temporada Dapero?
-Es muy bueno. Él no tenía mucha experiencia. Del karting saltó a la Pro Mazda y luego a la Indy Lights sobre un auto muy moderno de 500 caballos. Hizo parciales muy buenos, superaciones en carrera y sería injusto haberle pedido más de lo que dio. Superado el año de su debut y con más experiencia, en 2018 tendrá mucho más para dar. Tiene todo para triunfar y puede pelear el título.
-¿Cómo hacés para no dormirte en los laureles?
-Uno siempre quiere ir por más y eso impide quedarme con un objetivo. No considero que tenga laureles porque tenemos mucho más para lograr y sé que podemos hacerlo. Obvio que hay que festejar, pero siempre nos concentramos en la próxima meta. Pero el motor de todo esto es la pasión por esta actividad. Por ejemplo, un pintor por pasión dibuja un cuadro más allá de que esa obra llegue a ser exitosa. Nosotros lo hacemos por amor a esto y dejando todo para ganar.
-¿Vivís un sueño hecho realidad?
-Se puede decir que sí y a diario ya que puedo vivir de lo que me gusta. Ese era el primer sueño y luego llegaron otros que pude concretar, como tener mi equipo y al principio ganar con él una carrera de karting. Hace 12 años atrás no tenía en mente correr las Indy 500, pero luego surgieron metas como triunfar en los monopostos en diversas categorías y lo hemos logrado.
-¿Y ahora con qué soñás?
-Con poder lograr en un mismo año los campeonatos de pilotos y equipos en la Pro Mazda e Indy Lights, ganar una carrera de IndyCar, un título y las 500 Millas. Llegamos muy lejos y vamos por más.
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