San Luis, septiembre de 2015. Nicolás González se llevaba la primera fecha de la Copa de Plata de TC Pista por delante de Esteban Gini y Alan Ruggiero. Entre los clasificados a ese "playoff" estaban Gastón Crusitta y Luciano Ventricelli, quienes sufrieron un toque en carrera.
Fuera de la pista, Crusitta fue increpado por su rival, y entre ambos se desató una gresca que resultó escandalosa: los dos pilotos terminaron suspendidos y con retiro de licencia. Allí, a los 28 años, el de Lomas de Zamora comenzó su nueva carrera.
“Sabía que mi trayectoria en categorías de ACTC estaba terminada. Mi 'sponsor' principal quería estar sólo ahí, no le interesaba otra cosa”, dijo. En febrero de 2016 contó la situación en sus redes sociales al caer en la cuenta de que no sería de la partida de la temporada del TC Pista, dado que no había recibido invitación alguna (la ACTC invita a los pilotos a participar de sus torneos) ni tampoco notificación sobre su suspensión. “En ese momento me llegó un mensaje de Alejandro Urtubey (presidente del Top Race) y acordé ir a la primera fecha con un presupuesto muy bajo”, contó.
La temporada 2016 comenzó con el Gato, como se lo conoce popularmente, en busca de opciones. “El presupuesto nos daba para hacer sólo una competencia, era ir y ver qué pasaba”, reconocería después el campeón 2011 de TC Mouras. “El Top Race te espera”, era la invitación del propio Urtubey. Así fue como corrió la primera fecha junto al RV Competición. Pero en eso quedó.
Allí apareció el Top Race Junior, para revivir una carrera deportiva que parecía en jaque. Sin opciones en las categorías de la ACTC, los presupuestos también eran difíciles de alcanzar en el Turismo Nacional o el Super TC2000. El escalón inicial del Top Race sería la escapatoria, de la mano de un nuevo soporte en la vida deportiva de Crusitta: Santiago Bussolini, responsable comercial de la categoría.
El Top Race Junior, que recuperaba de a poco su lugar a nivel nacional tras reducirse al zonal Top Race NOA en el noroeste argentino entre 2013 y 2015, le abrió la puerta a Crusitta. Y el piloto decidió soltar el pasado que lo vio en esa Copa de Plata de 2015 contra pilotos como Gini, Ruggiero, González, o Nicolás Cotignola, quienes ya estaban a las puertas del Turismo Carretera.
Así fue como Termas de Río Hondo lo vio hacer su estreno con un cuarto lugar en su primera carrera en el Top Race Junior. Quedaban seis fechas en la temporada 2016 y Crusitta ganaría cuatro de ellas: San Juan, Concepción del Uruguay, Río Cuarto y Paraná.
Con auspiciantes que se sumaron, el SDE Competición a través de su director y propietario Raúl Trungelliti, más la guía de Bussolini debajo del auto, le abriría la siguiente puerta. El piloto nacido un 18 de abril de 1987 había tomado impulso para dar el siguiente paso en 2017: el Top Race Series.
Una adaptación tan previsible como convincente lo hizo ganar luego de tres competencias en Salta. Mismos logros en Buenos Aires y Concordia, más otros cuatro podios, lo pusieron a tiro de la corona. Una sanción en General Roca (había ganado y fue retrasado un puesto) pesó más que nunca en la definción en Paraná, donde Bruno Boccanera le arrebató el título.
El ascenso de su gran rival de 2017 al Top Race lo postulaba como máximo candidato al campeonato de Top Race Series en 2018. El comienzo fue muy firme: tres "pole positions" en las cuatro primeras fechas daban muestra de su contundencia. Sin embargo, los podios cargaban kilos de lastre que lo alejaban de la victoria, reglamentariamente necesaria para ser campeón. El desahogo y estirón de diferencia en puntos llegó en esa cuarta cita, con el triunfo el ‘Zonda’ de San Juan.
Rivales como Franco De Benedictis, Gastón Pacioni o Gonzalo Perlo, se alternaban la pelea por las carreras con Crusitta y se llevaban algunas victorias. El lastre parecía pesarle al Cruze número 115 del SDE Competición. Sin embargo, una vez que todos los contendientes alcanzaron el tope de kilos, el Gato volvió a ser el dominador.
Una victoria clave desde lo anímico en Mendoza abría las primeras chances de consagración en La Plata. La anteúltima competencia del año, desnaturalizada por las lluvias que impidieron clasificar, generó que Crusitta y Perlo largaran en primera fila. En ese orden llegaron, lo que dejó para el cierre una diferencia de 25 puntos con 27 en juego.
Parecía un trámite, pero había que cumplirlo: Crusitta necesitaba ser octavo en Río Cuarto para asegurarse el título si Perlo ganaba y hacía la "pole". Así fue: el piloto de Pilar largó y terminó primero, pero el de Lomas de Zamora finalizó segundo y se aseguró el título.
El apoyo de sus amigos, su equipo, sus laderos, y fundamentalmente de su compañera de vida Eliana junto a la pequeña Aylín, lo hicieron más fuerte que nunca. Ese 2 de diciembre en el trazado cordobés culminó un camino de dos años y medio de incertidumbre, en el que pasó de la oscuridad y las dudas a la luz y las certezas.
Cuando parecía destinado a quedar fuera del TC después de haber estado cerca, con su vida deportiva en peligro, la decisión de empezar de cero, reinventarse y tomar impulso lo devolvió a la gran escena nacional con su segundo título. Con el envión, ahora irá por una nueva meta, llegar al Top Race junto al SDE Competición en 2019.
Fotos: Prensa SDE Competición.
Franco Girolami ganó en la clausura de la temporada 2019 del Top Race en Nueve de Julio y le dio la victoria al GF Racing, que deja la categoría.
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