Toyota volvió a tener unas 24 Horas de Le Mans para el olvido. La edición 2017 terminó siendo incluso peor que la anterior en términos de rendimiento, con dos de sus tres coches abandonando antes de la mitad de competencia.

El TS050 Hybrid n°7, de Kamui Kobayashi, Mike Conway y Stéphane Sarrazin, dejó la competencia cuando era líder, mientras se recorrían las 10 horas de carrera. Problemas en el embrague marginaron al vehículo que en clasificación había realizado la vuelta más rápida de la historia.

Según Pascal Vasselon, director técnico del Toyota Gazoo Racing, los inconvenientes mecánicos comenzaron diez minutos antes del abandono, cuando el vehículo buscaba reincorporarse a la pista tras su última detención, en medio de la neutralización en la que se encontraba la carrera.

¿Qué sucedió? Un hecho por demás llamativo: al llegar al final de la calle de boxes, Kobayashi (quién se encontraba al volante) detuvo su marcha, ya que el semáforo de salida se encontraba en rojo. Mientras tenía a la altura de su alerón a un comisario de pista, el nipón vio como alguien con una vestimenta muy parecida a ellos se le acercó y le hizo señas de que podía avanzar. Allí se puso en marcha, pero inmediatamente recibió órdenes del equipo para volver a parar, por lo que hizo caso y se detuvo.

El problema fue que la secuencia de "parar-arrancar-parar" exigió al motor de combustión, el cual no se utiliza en la zona de boxes (la recorren con la energía de las baterías), y que sí fue usado por el ex piloto de F.1 al suponer que saldría a pista. Este sobreesfuerzo generó el posterior problema con el embrague.

“Realizó varias operaciones de arranque con el motor de combustión encendido, algo que nunca debió haber pasado", señaló Vasselon, que en medio de la incredulidad que generó la maniobra señaló: “Alguien fue a decirle que vuelva a pista, por lo que hizo caso, como cualquiera lo hubiese hecho. Nosotros lo paramos, porque venía el pelotón con el auto de seguridad y no se podía salir”.

“Terminó quemando el embrague por utilizarlo varias veces en esos segundos. Quedó fuera de carrera por algo que nunca tendría que haber pasado”, concluyó el francés, un tanto ofuscado.

Por lo visto en la televisación oficial, quién le hace la seña para continuar en pista es Vincent Capillaire, del equipo Algarve Pro Racing de LMP2. El color naranja (distintivo de los comisarios de pista) era predominante en el buzo ignífugo del francés, lo que ayudó para qué, en medio de la noche, Kobayashi no pudiera distinguir que el que le hacía señas no era un miembro del comisariato. Aún se desconocen las causas de lo hecho por Capillaire.

Una prueba de que fue el piloto local el que participó de la acción aparece en el siguiente tuit, que incluye una imagen suya de espaldas:

Por lo pronto, resta saber cual será la acción que la FIA realizará de acuerdo a este hecho por demás llamativo, y que, según afirma Toyota, dejó fuera de combate a una de sus cartas más fuertes.

Video: Motorpasión.

Foto: Captura TV.