El atípico mes de mayo de Fernando Alonso llegó a su fin. La rotura del motor Honda a falta de 21 giros para completar sus primeras 500 millas de Indianápolis terminó con una aventura de quince días en los Estados Unidos, donde pasó de conocer poco y nada de la Indycar a llegar a liderar la exigencia más importante de la categoría durante nada menos que 27 vueltas.

“Ha sido todo muy divertido, fue de las mejores experiencias de mi carrera”, manifestó el español tras su deserción, mientras marchaba 7° y con serias chances de luchar por la victoria en los compases finales de carrera.

“La rotura fue repentina. Escuché el ruido del motor y ví humo en el escape. Es una pena, porque creo que al menos merecíamos terminar la carrera, disfrutar la última vuelta”, agregó quién se mostró más que satisfecho con lo hecho durante las 179 giros anteriores, donde estuvo siempre en el pelotón de punta: “Me sentí muy competitivo durante toda la carrera. Creo que (Helio) Castroneves (N. de la R.: finalizó 2°) y otros tuvieron mucha suerte con las banderas amarillas. En una carrera sin neutralizaciones, (Ryan) Hunter-Reay, (Alexander) Rossi y yo éramos más rápidos que el resto”.

De cara a lo que iba a ser el cierre de la competencia, el bicampeón mundial de Fórmula 1 destacó que “venía cuidando los neumáticos delanteros para las últimas vueltas, que sabía que iban a ser tensas. Tenía algo guardado para ese momento”.

“Ha sido una gran sorpresa para mí el estar entre los mejores pilotos de óvalos y ser competitivo”, remarcó, antes de que la consulta sobre su retorno a Indy en un futuro no muy lejano llegara a sus oídos: “Por supuesto que pienso en volver, aunque aún es muy pronto para asegurarlo. Eso sí, si lo hago será todo más fácil, porque ya tendré la experiencia de estas últimas semanas”, concluyó.

Foto: IndyCar.