En el óvalo de Texas, Fernando Alonso completó sus primeros kilómetros al mando del McLaren-Chevrolet N°66, con el que junto a la casa británica participará de las 500 Millas de Indianápolis.

“Fue un día muy positivo para nosotros”, reconoció el español, antes de comentar que “solo han sido las primeras vueltas en este coche, por lo que tomamos precauciones y fuimos aumentado la velocidad de a poco”.

El ensayo le permitió “volver a acostumbrarme a andar en un óvalo, con un coche que por su puesta a punto tiende a doblar solo”. Si bien el trazado tejano es diferente al de Indianápolis, lo hecho “nos brindó un buena preparación”.

Sobre el vehículo, que cuenta con diferencias aerodinámicas con respecto al que condujo en su primera visita a Indy (2017), expresó: “Aún es pronto para hablar de sensaciones con el coche y el aerokit, porque no pude girar mucho en velocidad. Varios pilotos dicen que hay menos agarre, que los coches son más complicados de manejar, especialmente en la succión, algo que hoy no pudimos comprobar”. En este sentido, el hecho de que el equipo no cuente con el apoyo de Andretti Autosport (conjunto con experiencia en la categoría), como si lo tuvo en 2017, cree que será un reto, por lo que tanto el equipo británico como el propio español “deberemos ir paso a paso, porque tenemos mucho para aprender”.

Justamente, este ensayo también le permitió amalgamarse con el equipo: “Estas vueltas me sirvieron para sentirme cómodo en el habitáculo y para empezar a entendernos en los ingenieros. Para ellos y para todo el equipo es importante saber el rol de cada uno, probar cosas básicas y demás”.

Foto: IndyCar.