Durante los festejos por los 80 años de vida del Turismo Carretera se exhibieron varias joyas del Museo del TC que está ubicado en el Autódromo Roberto Mouras de La Plata. En la actualidad el mismo cuenta con 68 autos de todas las épocas de la popular categoría. Muchos de ellos fueron recuperados y restaurados, aunque también hay varias réplicas.

El Museo del TC es una iniciativa de Hugo Mazzacane, presidente de la Asociación Corredores Turismo Carretera (ACTC) y dueño del escenario platense. Desde que se inauguró el 10/10/2014 el ex piloto suele pedirle al campeón del TC su auto para que forme parte de la colección. Sin embargo, la gran mayoría fueron conseguidos por el propio Mazzacane, que suele comprar coches históricos y los manda a arreglar para su exposición.

La galería teceísta estuvo cerrada en las últimas semanas porque varios autos estaban en reparación para lucirse en los 1.000 Kilómetros de Buenos Aires, pero tras este importante compromiso volverá a abrir sus puertas todos los sábados y domingos de 10 a 16. El ingreso es gratuito salvo cuando hay carrera y se debe pagar 150 pesos, un precio que permite también disfrutar de la actividad en la pista. El acceso al circuito platense está en el KM 49 de la Autovía Juan Manuel Fangio. 

Lo destacable de esta colección es que todas las máquinas están con motores y en condiciones de funcionamiento. De hecho, en las fechas del TC Mouras y TC Pista Mouras se realizan desafíos a modo de exhibición con estos autos que son conducidos por pilotos actuales y de otras épocas.

El rincón del Pincho Castellano.

Entre las reliquias están la cupé Ford con la que Juan Gálvez ganó sus nueve campeonatos en 1949/50/51/52/55/56/57/58/61. Y hay una reproducción de uno de los Falcon oficiales que empleó Héctor Luis Gradassi para lograr cuatro coronas al hilo entre 1972 y 1976. Además están los Falcon campeones de Jorge Martínez Boero (1982), Oscar Castellano (1989), Oscar Aventin (1991/92), Walter Hernández (1993), Osvaldo Lalo Ramos (1994), Omar Martínez (2004) y Juan Manuel Silva (2005).

También están todos los Dodge que fueron monarcas con Antonio Aventin (temporada 1980/81), Roberto Mouras (1983/84/85), Oscar Angeletti (1986), Pincho Castellano (1987/88), Ernesto Bessone (2003) y Norberto Fontana (2006). De esta marca hay otros coches emblemáticos como el que corrió en los años ochenta, Juan Antonio DeBenedictis y en los noventa, Juan Manuel Landa. 

Chevrolet no se queda atrás con algunos de sus exponentes consagrados como el Trueno Naranja de Carlos Pairetti (1968) y las Chevy de Francisco Espinosa (temporada 1979/80), Emilio Satriano (1990), una de las que usó Juan María Traverso para su tricampeonato de 1995/96/97, varias del Séptuple Guillermo Ortelli, la de Christian Ledesma (2007) y la última que se coronó con un motor barillero, la usada por Matías Rossi para coronarse en 2014.

Mientras que Torino se muestra con una Liebre de Gastón Perkins (1968), el Toro que el Flaco Traverso quiso correr en una carrera en Buenos Aires en 1989 (mermas mecánicas se lo impidieron), el que aceleró en 2011 en la Antártida Argentina y otro de ese año usado por Fontana (con la publicidad a pleno de YPF). 

Por supuesto que hay máquinas que no fueron campeonas, pero que son inolvidables como el Falcon Angostado de Carlos Alberto Reutemann (1968), otros Ford como el que llevó a Rubén Luis Di Palma a su último triunfo en 1998 en Buenos Aires, el que el Pato Silva usó para vencer en la carrera número 1.000 en 2003 en Paraná y el Fairlane de Pupi Angeletti (1989). Asimismo, hay unas Chevy del Toro Mouras (NdeR: el 7 de Oro en exhibición es una réplica), Osvaldo Morresi y Luis Minervino.

Por suerte hay más autos en camino: otro Dodge de Fontana y el Ford V8 de Oscar Cabalén. También se sumarán coches de otras categorías como un Datsun que corrió Gastón Mazzacane el Súper Turismo 3000 (ex Club Argentino de Pilotos), un F-1 Mecánica Nacional de Di Palma y dos VW 1500 de TC 2000 manejados por el Loco y su hijo José Luis en 1985, como ya publicó CORSA en su momento. 

El TC, la categoría más popular del país y la más longeva del mundo, tiene su rincón para la nostalgia en el Autódromo Roberto Mouras. Sus autos históricos descansan de forma impecable en su museo, un lugar digno de visitar y más en tiempos de su octogenaria celebración.

PorDarío Coronel