En el fútbol cuando un árbitro es el foco de la atención es porque no supo impartir justicia en tiempo y forma. Este domingo los Comisarios Deportivos de la CDA del Automóvil Club Argentino (ACA), que estuvieron a cargo de la carrera del Súper TC 2000 en San Juan, también fueron el “centro del universo” y opacaron el cierre de un fin de semana cuya carrera fue espectacular, y con una definición histórica con dos autos cruzando la meta en el mismo momento, generando un empate entre Matías Muñoz Marchesi y Leonel Pernía.
Llama la atención que en estos tiempos, en un automovilismo súper profesional y de referencia en la región como el argentino, a veces la justicia deportiva no esté a su altura. Que ganó Muñoz Marchesi, que lo hizo Pernía, nadie podía confirmarlo. Verlo al chaqueño en el escalón más alto del podio era una insinuación. Su alegría por el primer triunfo en la categoría, incalculable…
Sin embargo, ante la igualdad de tiempos en los sensores electrónicos, a los pocos minutos, desde la CDA invocaron el mentado y “gris” Artículo 17 del Reglamento Deportivo Automovilístico, que indica que: “Los Comisarios Deportivos podrán designar Jueces de Hecho para determinar el orden de llegada”. Aunque esta tipificación no menciona el caso de “empate”, hecho acontecido en el autódromo El Zonda-Eduardo Copello.
Los árbitros elegidos fueron el jefe de cronometristas, Roberto Videla, y el largador, Rubén Anselmo. A la vieja usanza y como si estuviésemos en los comienzos del siglo pasado, ambos a ojo coincidieron en que Pernía fue el primero que cruzó la meta. En segundos el panorama se modificó y en la conferencia de prensa el ex futbolista era el ganador... No obstante, en lo que dura un suspiro el flujo de la marea cambió de forma radical. Los Comisarios Deportivos entendieron que antes de llegar a la meta, hubo un toque del Tanito a Muñoz Marchesi, que otra vez era el vencedor.
Siendo las máximas autoridades del evento, los Comisarios Deportivos tendrían que haber retrasado la celebración del podio hasta tanto tener un veredicto concreto y final considerando las circunstancias excepcionales de la definición. No debieron informar una decisión parcial a uno de los protagonistas como Pernía, quien perdió un triunfo y cinco puntos, chances que lo potenciaban aun más como candidato al título en las últimas tres fechas. El piloto de Renault ayer en el programa radial Pole Position calificó de “mentiroso” a Carlos Zanotti, comisario de la CDA, quien le habría confirmado en privado su triunfo y luego negó en público esa aseveración.
La desprolijidad de los CD dejó mucho que desear para ser emisarios del ACA, una de las dos entidades rectoras y la única reconocida por la Federación Internacional del Automóvil (FIA) para nuestro país y desconociendo a la ACTC, según indicó su Presidente, Jean Todt, en una entrevista con CORSA en 2010.
Esto deja un precedente que no debe repetirse. No puede cambiarse dos veces el resultado final de una carrera. Tiene que haber un análisis, determinaciones y luego un resultado. Caso contrario, como el ocurrido, se atenta contra el espíritu de nuestro deporte. Más en un ámbito tan profesional y en una categoría que tiene representación oficial de las terminales. El domingo debió haber terminado como una fiesta total. Una reivindicación del automovilismo criollo con una pelea en pista y una definición pocas veces vista. Pero no. La desprolijidad arbitraria pudo más y opacó un espectáculo notable.
Sin embargo, que se haya empañado el cierre del domingo no quita la riqueza que se llevaron quienes vieron la carrera y la faena de sus protagonistas. Eso es lo más importante. Por lo tanto, y volviendo a la comparación con fútbol, como Diego Armando Maradona indicó alguna vez que por sus errores la “pelota no se mancha”, a pesar de las idas y vueltas de los Comisarios Deportivos y las falencias fuera de la pista, tampoco deben mancharse los fierros…
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