Nadie puede poner en duda que el Turismo Carretera es la categoría más importante del país y la que más pasiones genera. Como tampoco se puede discutir que sus dirigentes toman decisiones que la mayoría de las veces cuestan entender. La última fue la desvinculación de Alejandro Solga, quien durante mucho tiempo fue responsable técnico de la categoría.

En un escueto comunicado la Asociación Corredores Turismo Carretera anunció el alejamiento de Solga, quien dejó de ir a las carreras de la popular categoría después del escándalo que protagonizó Omar Martínez en la competencia de Concordia. Allí Solga, que será reemplazado por Diego Alejandro Iulian, excluyó al campeón porque había corrido con un motor pasado de cilindrada.

La ACTC jamás se pronunció oficialmente del motivo de haber puesto a Solga “en el freezer” generando una serie de rumores que no hicieron otra cosa que atentar con la tan buscada transparencia que se proclama desde que Hugo Mazzacane reemplazó a Oscar Aventin en el cargo de presidente de la entidad.

Suena ilógico que por hacer algo bien a uno lo echen sin demasiadas explicaciones. Es como si Solga se hubiese equivocado por excluir a Martínez, quien en definitiva cometió una falta seria y que incluso ameritó una sanción de la CAF de cuatro fechas de suspensión y una multa de 200.000 pesos…

Desde siempre la ACTC convive con las sospechas de tener un reglamento técnico poco estricto que permite ciertas licencias para favorecer a algún piloto o marca, según la conveniencia. De hecho, Aventin confesó en una entrevista publicada en CORSA que efectivamente la entidad “muñequeaba” el reglamento para lograr la tan mentada paridad. Y la decisión tomada con Solga, demuestra que las cosas no cambiaron aunque pretendan demostrar todo lo contrario.

PorDiego Durruty