Columnas de opinión

18/08/2016

Habrá que bajarse del caballo

La única forma de que regresen los motores originales es volviendo a las bases. Para eso se requiere de una decisión política y deportiva.

Por lo explicado en el informe (ver nota relacionada) por temas económicos es casi imposible la vuelta de los motores originales al Súper TC 2000. Pero hay una chance de efectuar un cambio que sólo puede darse si tanto la categoría como el resto del automovilismo argentino dejan de lado vanidades y grietas que no ayudan a nadie.

Es cierto que los altos presupuestos llevaron a este panorama en el Turismo Competición. No es culpa de Antonio Abrazian, su actual presidente. Los monomotores son una herencia del mandato anterior de Pablo Peón, que en el arranque de su gestión en enero de 2002, en la peor crisis económica y política en la historia del país, podría haber convocado a preparadores históricos que aporten ideas cortando con la importación de elementos y desarrollos para los motores.

No se hizo. Todo lo contrario. Se potenció el nivel de los impulsores buscando no perder terreno en esa competencia con el TC que ya lleva más de tres décadas. Ambas categorías comenzaron en la segunda parte de la década pasada a coquetear con quién podía llegar a tener más potencia en tiempos donde ya un peso no valía un dólar…

Fue allí cuando comenzaron los rumores en la ACTC del “Súper TC”, con motores de una potencia superior a 400 caballos. Oscar Aventin promovió el cambio que tardó casi diez años en llegar con los multiválvulas estrenados en 2015. Peón no se quedó atrás y promovió el ingreso de los Radical de 430 HP en 2012 y el nacimiento de la nueva etapa de la categoría bajo el nombre “Súper TC 2000”.

Los egos de cada parte fueron más fuertes que la esencia. El querer demostrar “quien la tenía más grande” encareció ambas categorías cuyos parques se redujeron. En el Turismo Competición se fue Ford y el retorno de Honda duró solo dos temporadas. Hoy hay cinco terminales y Fiat subsiste como puede.

Pero siempre puede haber una luz al final del túnel. Esto tiene que ver con que regresen los fierros genuinos, aunque con una potencia muy inferior y otro sonido que no será la música de los actuales impulsores ingleses. Los autos serían más parecidos a los de calle, cambiando los reglamentos de cada marca, en un proceso de dos o tres temporadas, se podría llegar a hablar de otra economía en la categoría.

Ahora bien, ¿está preparado el STC2000 para asumir un riesgo tal? ¿se bancará tener menos potencia que el TC y ser un poco más que la Clase 3 de TN? Es poco probable. Pero esto supera al Turismo Competición. Tiene que ver con las divisiones que existen en nuestro automovilismo. Dos entes fiscalizadores, dos televisoras, dos corrientes bien marcadas con intereses creados muy grandes.

Sólo la grandeza que requiere la humildad puede torcer la historia. Esto corre tanto para el STC 2000 como para el TC. Será necesario asimilar que para poder ganar habrá que saber perder. Volver a las bases. Recuperar la esencia. Tener una categoría con menos potencia, pero con fierros genuinos. Saber bajarse del caballo y volver a comenzar.

PorDarío Coronel