El 26 de febrero de 1967, en San Pedro, se produjo un hito en la historia del Turismo Carretera. En aquella carrera, apertura del torneo de ese año, se produjo el debut triunfal de una marca que con el paso del tiempo ocuparía un lugar en el corazón de los fanáticos: Torino.

El auto vencedor fue uno de los tres presentados por el equipo oficial IKA-Renault regenteado por Oreste Berta. Los pilotos de esa escudería eran Eduardo Copello, Héctor Gradassi y Jorge Ternengo, un trío que el ingenio popular bautizó como CGT.

El potencial de los 380 W oficiales sorprendió a toda la categoría. En el inicio de la carrera, pactada a 10 giros para completar 562 kilómetros de recorrido, los tres se escaparon en la punta, aunque con el transcurso de la competencia solo uno quedó con opciones de ganar. En la primera vuelta Copello siguió de largo en una curva, mientras que en el séptimo giro Ternengo sufrió un vuelco sin consecuencias.

Así Gradassi quedó como el único exponente de la marca en condiciones de triunfar. El cordobés encontró resistencia del Tuqui Casá (Ford), quien llegó a descontarle una decena de segundos por vueltas hasta que las gomas de su auto comenzaron a sufrir por el gran ritmo.

Gradassi, con serios problemas en el motor, aguantó el ataque y cruzó primero la meta. Así le ganó a Casá por un par de minutos y por más de siete a Mariano Calamante (Chevrolet), quien completó el podio.

Tras este debut triunfal, el Torino dominó en el TC en las siguientes seis temporadas. Aquel 1967 terminó con el título de Copello. También celebró en 1969 con el cetro de Gastón Perkins. En 1970 festejó por partida doble con los campeonatos de Rubén Luis Di Palma, en la Fórmula A; y Copello, en la Fórmula B. Mientras que el último festejo llegó en 1971 con el Loco Di Palma.

Por esas cosas de la ACTC en los campeonatos siguientes el Torino corrió en desventaja reglamentaria y recién en el Siglo XXI volvieron las victorias, aunque no los campeonatos.

Más allá de eso, los fanáticos de la marca jamás dejaron de alentarla, acrecentando esa leyenda que comenzó hace 50 años.

PorDiego Durruty